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Sobre ideologías


La ideología es la síntesis de nuestras expectativas. Tomamos partido de acuerdo a nuestro carácter y concepción de la realidad.
Una vez que se entiende esto, entendemos también que existen tantas como existen mentes.
Cada ser humano es libre de elegir la que mejor se adecue a sus expectativas, ilusiones e interpretación moral de su manera de concebir el mundo, y la vida.
Me parece desgastante, incluso inútil alterar nuestro entorno emocional por intentar hacer que las demás personas piensen como nosotros.
Esto no implica abandonar nuestras ideas, sino simplemente utilizar las energías de manera correcta.
Si bien, la demagogia funciona, las diferencias existen. Afortunadamente. Los contrapesos son necesarios aceptando las pluralidades que no atenten contra las libertades de otros.
Así como hay personas que se aprovechan de otras descaradamente, también hay quienes usan la adulación para hacerse ricos hablándoles bonito a los pobres.
El asunto es no caer en ninguno de los extremos o acabaremos convirtiéndonos en lo que criticamos.
Es bien fácil criticar, insultar y ofender como mecanismo de defensa rápida ante la falta de mejores argumentos.
Las personas no son idiotas, nosotros nos volvemos idiotas idiotizando a la gente. ¿Ven? Nos convertimos en lo que criticamos.
Puedes conocer mucho acerca de los límites de la inteligencia y sabiduría de alguien cuando ves la tolerancia ante el insulto o a la no aceptación de sus ideas.
Esto no quiere decir que nos volvamos pasivos o “agachados”.
Solo quiere decir que quizá se requiera de mayor esfuerzo para defender lo que se considera correcto y no desvirtuar el objetivo por el cual comenzamos.
Entonces, entre ideologías, desgreñones e insultos, lo importante al final es vivir y aprender a convivir en paz. De preferencia, sin matarnos.


ESQM.

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