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Mostrando entradas de julio, 2014
Desde la ventana en Le Gras, 1826. Parte 2.

El inexorable paso del tiempo

Hace tiempo no mido el tiempo Me descubro en momentos saboreando mi mejor y mi peor historia Que interesante y deliciosa es la vida con todo ese amor, amargor, dolor, y tristeza que nos hacen recordar que sentirlo es parte de estar vivos. No podemos detener el tiempo, pero podemos vivirlo, así como es, efímero, intocable, infinito en nuestros cuerpos finitos. Descubro a mi alma en la noche paseándose contando estrellas Descubro a mi alma tranquila, aunque constantemente impetuosa Ah… Sí tan sólo supiéramos que nos vamos a morir y que es inexorable el paso del tiempo entonces comenzaríamos a vivir, y aunque conozcamos ya el camino de memoria, no dejemos de sorprendernos. ESQM.

El olvido

El olvido ¿A dónde se marcha el olvido? ¿Hasta qué punto es determinante lo vivido? Las victorias, las derrotas Lo lejano, lo cercano El cielo y los infiernos que tocamos. Creemos que es una transición... Pero es la vida, es la vida la que se va en el olvido porque somos un frasco de recuerdos eso somos, recuerdos, fracciones, olvidos. Olvidamos por miedo, por ignorancia o por descuido. Vivimos en un mundo precipitado de experiencias inabordables, y las que logramos abordar solemos llamarles realidad. Y las que no, se marchan al olvido. De nuevo, creemos que es una transición pero es la vida. Incluso [en ocasiones] se escribe para evitar la crisis del olvido, de tu olvido, de mi olvido La catarsis y no es que se busque ser salvado Mucho menos purificado de las tragedias griegas que nos encantan del amor y de la vida del recuerdo. Realmente se escribe para no olvidar, Para el perpetuar(te) de las emociones Sin embargo, s

La duración del tiempo

El tiempo es el instante que apenas roza la eternidad Son los segundos que da la vida para dedicarla Es intensidad y apacibilidad constante que varía de acuerdo a nuestras emociones. Si el amor fuera tiempo no podría ser eterno, ya que estaría destinado a extinguirse o a transformarse en otro sentimiento. La eternidad es atemporal por eso pienso que son fracciones eternas. ESQM.

Soñando un mar

Soñé un mar, un mar que no se conforma, que no se limita a ser sólo orilla, oleaje infinito y apacible. En mi mundo onírico, ese mar me  envuelve Sí, en la inmensidad de sus aguas a una trascendencia infinita. Imagino un mar, que amplíe mi horizonte transfigurado ya por la imaginación transfigurado ya  por la voluntad. Pienso en un mar, me brinde protección y erotismo Imaginación y deseo Creación y destrucción. ¡Mar! Tú que eres instinto, Tú que eres explosión vital Tú que ahora eres la invención inequívoca de la vida Tú, variación de aguas incesantes Uniformidad y entropía Dador de vida y de muerte Profundidad… ¿En dónde estás? Quiero un mar, Que  me inquiete y me desee Que me atrape en su envolvente belleza Que retenga mi atención en él Que con solo mojarme, sepa que ya lo encontré Y… Cuando lo encuentre, ¿Qué por cuánto tiempo? Por el tiempo que dure una ola: Una eternidad. ESQM.

Sobre ideologías

La ideología es la síntesis de nuestras expectativas. Tomamos partido de acuerdo a nuestro carácter y concepción de la realidad. Una vez que se entiende esto, entendemos también que existen tantas como existen mentes. Cada ser humano es libre de elegir la que mejor se adecue a sus expectativas, ilusiones e interpretación moral de su manera de concebir el mundo, y la vida. Me parece desgastante, incluso inútil alterar nuestro entorno emocional por intentar hacer que las demás personas piensen como nosotros. Esto no implica abandonar nuestras ideas, sino simplemente utilizar las energías de manera correcta. Si bien, la demagogia funciona, las diferencias existen. Afortunadamente. Los contrapesos son necesarios aceptando las pluralidades que no atenten contra las libertades de otros. Así como hay personas que se aprovechan de otras descaradamente, también hay quienes usan la adulación para hacerse ricos hablándoles bonito a los pobres. El asunto es no caer en ninguno de lo

Reflexión sobre una nueva perspectiva de vida y el desinstalar / deconstruir / reconceptualizar / construir conceptos.

En ocasiones se sufre un desgaste mental ante la idea de “desinstalar” y de “deconstruir” conceptos. El cuestionar ideas/pensamientos que se nos han dado como “verdades dadas”. Existe pensamiento nihilista en esto, y es que se debe recurrir a la filosofía también para una comprensión más amplia de la realidad. Para eso está. Es necesario poner la mirada en otras formas de concebir la vida y los fines de esta. ¿Será posible hacer un cambio así o soñar con una realidad diferente a la actual? Cuando se detiene uno a cuestionar no se debe descartar la idea de que siempre otro mundo es posible, porque vivimos en un mundo natural, donde siempre hay alternativas. Incluso, en ocasiones, pudiera parecer un sueño bonito aspiracional porque en términos de la realidad se vuelve difícil de conseguir. No es cualquier cosa, se habla de la penúltima capa en los cambios como humanidad, el cambio cultural. Hablando de que la primera es un cambio social, después un cambio de régimen, de si

¿Y si llegáramos?

Y si llegáramos a una contemplación de la belleza que fuera eterna, improducida, indestructible, no sujeta a aumentos ni a decadencias; no en parte bella ni en parte fea, ni fea unas veces y otras no. Una belleza donde todas las cosas bellas lo fueran por la sola participación de ella, Donde sus creaciones y extinciones no la acrecientan ni la disminuyan, ¿Y si llegáramos? ¿Y si también uniéramos lo finito con lo infinito?, donde enlazáramos lo mesurable con lo inmensurable, lo limitado con lo ilimitado.  Pero,  deberíamos remontarnos primero a la belleza que existe en las almas y de ahí caminar a la ciencia, a la ciencia estética, Donde el mejor juez no sea la razón (por favor) sino el sentimiento, Dónde la única finalidad sea gustar, emocionar, cautivar.  Lleguemos a una belleza que no requiera asistencia de la razón, ya que esa no es maestra de sentimientos y pasiones, es más bien su esclava. Confieso que tengo miedo de llegar, de caminar a lo inabarcable