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¿Cómo saber que aunque el alma no es el cuerpo, no muere también?

Había una vez un faro, un faro incurablemente optimista y no estaba dispuesto a cambiar por ningún otro su alegre oficio de iluminador. Se imaginaba que la noche no podía ser noche sin luz, se creía que esta era la única estrella a flor de la tierra pero sobre todo a flor de agua, y hasta se hacia la ilusión de que su clásica intermitencia era el equivalente de una risa saludable y candorosa. Así, hasta que en una ocasión aciaga se quedó sin luz… sintió que su recio corazón se estremecía y ya no pudo más. Cerró su ojo de modesto cíclope y lloró dos o tres lágrimas de piedra… Decía Benedetti en uno de sus poemas que, quizá el problema es que no hay cirujanos del alma, igual que el faro que tuvo noción de la tragedia. Y es que ¿cómo saber que aunque el alma no es el cuerpo, no muere también? Quizá por eso el mundo sea de los que no sienten. De otra manera no sé, no sé cómo toleramos o por qué el sentir mucho se presenta como un signo de debilidad ¿Cómo toleramos lo qu

Tchaikovsky - Sleeping Beauty