“Qué fácil
callar, ser serena y objetiva con los seres que no me interesan verdaderamente,
a cuyo amor o amistad no aspiro. Soy entonces calma, cautelosa, perfecta dueña
de mí misma. Pero con los poquísimos seres que me interesan… Allí está la
cuestión absurda: soy una convulsión, un grito, sangre aullando.”
Alejandra
Pizarnik
Pensé: “No me gustas Pizarnik”, tu pesimismo, esa manera miserable de ver la vida, no me gusta, tener empatía contigo me parece sumar a reproducir las almas atormentadas, sin embargo, después de indagar e indagar en tus escritos, al fin hubo líneas tuyas que me gustaron y parecieron atenuar mi malestar por no entenderte, me justifiqué el rechazo pensando que a pesar de las diferencias podía encontrar cosas en común con las que concordáramos. Me has dejado pensando, y pienso: ¿Por qué la mayoría de las personas que más he admirado ya sea artística, literaria o simplemente que han sido brillantes en algún campo o área de su vida han terminado en suicidio? Incluso me pregunté si cabía la posibilidad de que fuera una pesimista encubierta (claro, encubierta y no descaradamente pesimista como tú) y que quizá por eso no me gustaras, si cabía la posibilidad de estarme viendo en ti. Finalmente, la respuesta fue “No”.
Han pasado circunstancias en mi vida que me han hecho
perder la ilusión y el sentido, pero la perdida de ilusión y de sentido no se
ha traducido en un lente oscuro donde todo parece terrible a perpetuidad, ha sido más un lente sin emoción. Sabes en donde estás en ese momento, y quizá por qué te encuentras ahí, pero no consideras que el mundo es terrible, solo que
carece de sentido, que estás triste de manera normal, como modo de vida y piensas que la vida debería tener más,
que la mayoría de las personas no son tan interesantes pues no ven más allá de su nariz y quizá eso acentué
más el sinsentido en cierto momento. Afortunadamente para mí, he logrado recuperar la alegría de
vivir, con los altibajos emocionales que naturalmente las alegrías implican, he
buscado reprogramar mi mente, he puesto tiempo y energía en deconstruir viejas
creencias para no repetir patrones de comportamiento, situaciones no deseadas, para
sobre lo podado y lo limpio volver a construir, porque no creo que la vida no
tenga sentido, lo que creo es que lo perdí en algún momento y lo que quiero es
recuperarlo, alimentarlo y mantenerlo, y naturalmente esa tarea solo me corresponde a mí aunque no sea fácil y existan altibajos. La neurociencia dice, por ejemplo, que a través de la neuroplasticidad las conexiones neuronales pueden reorganizarse en respuesta a la información que recibimos, es
decir, se decía anteriormente que como había sido la infancia de una persona eso determinaría
para siempre su personalidad y su futuro como adulto, y la verdad es que no,
independientemente del sistema de creencias instaurado en la infancia o en la segunda juventud, se puede aprender a dejar de sufrir mentalmente creando nuevas conexiones neuronales, adaptándolas o regenerándolas, lo que significa que sí hay salida.
Cómo
verás, no tienes que ser la reina de la voluntad ni de la alegría, pero sí tener un mínimo
de conciencia para darte cuenta de que en el pasado no tuviste que haber elegido vivir como un ser desgraciado (aunque he de suponer que lo sabias, las personas no somos tontas y siempre sabemos que algo nos pasa aunque a veces no sepamos ponerle un nombre) además de poder ver que el mundo no es terrible y no es
necesario vivir en el mar de la tristeza toda la vida, ya que si bien no la
podemos evitar si podemos dejar de normalizarla y reproducirla como un estilo o modelo de vida a seguir. Es por
eso que habiéndote contado esto sobre mí, no me considero una persona pesimista, porque para serlo tendría que pensar que
no existe salida y que nadie sufre más que yo, y eso, evidentemente es mentira.
Creo que ser pesimista es la salida fácil de los automutilados, la que te evita tomar responsabilidad
por ti misma, es más cómodo creer que el mundo es terrible, que las personas
nos hacen cosas o nos molestan y que nadie sufre como nosotros, creo que esto no
solo es tormentoso para nosotros, o nosotras, sino también para los que están a nuestro
alrededor. A veces, a las personas como tú las amamos, porque son parte de nuestra
familia, quizá un padre o una madre, un hermano, un abuelo, un esposo, un hijo, o un familiar cercano, quizá nuestro mejor amigo, y queremos ayudarles a salir de su miseria mental, que
puedan ver el mundo de una manera distinta, y que se puedan ver a sí mismos
como nosotros los vemos, hermosos, con la vida por delante, porque todo es perspectiva, sin embargo,
por experiencia sé que ayudar a personas como tú no solo es un error, es
una pérdida de tiempo, un desgaste físico y mental innecesario, una pérdida de
energía que puede empujarnos a la tristeza y a la depresión y a deteriorar
nuestra salud emocional, ¿por qué? pues por la simple y sencilla razón de que
las personas como tú no quieren ni necesitan ser salvadas, han encontrado en la
miseria una forma de vivir, necesitan reproducirlo, no saben tomar
responsabilidad de sí mismas, no pueden, implicaría dejar de ser una víctima y
responsabilizarse de sus acciones, entonces los otros dejarían de ser culpables
y la responsabilidad caería sobre nosotras (claro, digo "nosotras" solidarizándome en tu papel de persona en la desgracia), y aceptar nuestra responsabilidad implicaría
tener que movernos hacia la incomodidad que el cambio implica, salir de lo
conocido para entrar en territorio desconocido, y si no conocemos, nuestro
cerebro nos dice que podríamos sufrir o morir en el camino y no queremos sufrir ni morir, ya
que la función de nuestro cerebro es mantenernos con vida, es por eso que nos da
miedo, pero, si te pones a pensar, y habláramos como si fueran las
circunstancias actuales de ambas ¿no sufrimos y hemos muerto ya? Si ya
sufrimos y ya estamos muertas, ¿por qué evitar el territorio desconocido si
actualmente en el territorio conocido ya estamos viviendo esa muerte y ese sufrimiento? Pero claro, no
esperaría que lo entiendas, además de que ya es tarde para ti, y para ese entonces ya te habías muerto, incluso mucho antes de que te
suicidaras. Pero, de las personas como tú, "seres en desgracia", aunque sean lindas,
brillantes, sensibles, considero debemos huir, porque son como un hoyo negro que solo
arrastran hacia la muerte. Y eso de morir con el otro por solidaridad tampoco tiene sentido. Si alguien se quiere morir que se muera y si alguien quiere vivir, pero no sabe cómo, entonces que pida o se le brinde ayuda. Pero no se puede ayudar a quien no desea ser ayudado. Así que, si esa fue tu decisión, la de no querer tomar responsabilidad sobre tus pensamientos, la de no buscar un cambio en tu persona por más duro o incomodo que
hubiera podido ser como cualquier cambio lo es, entonces habrá que dejar el papel de persona salvador o salvadora y respetar la manera en cómo decidiste hacer las cosas y "dejarte morir", y no en el sentido del suicidio, ya que ese otro tema y muy delicado, yo me refiero a la muerte en vida, porque si apreciamos
nuestra vida, aunque quizá no tenga todo el sentido del mundo, ni seamos los
reyes del entusiasmo, no podemos permitir que personas como tú nos contaminen al
reproducirte, a través de tus palabras por ejemplo, a través de ti. Creo que
nos debemos un mínimo de respeto y no podemos permitirnos reproducir tu miseria
ni dejarnos afectar por tu alma atormentada.
Sabes, no juzgo tu decisión de haberte suicidado, pero lo respeto y en cierto modo lamento hayas decidido irte tan joven, pero supongo entiendo. Porque para algunos ciertos actos son tragedia para otros es alivio, y además nadie está exento de un mal
pensamiento, o de mil, todos ellos voraces y ruines y no sabemos que mala jugada nos pueda querer hacer
nuestra mente en determinado momento y habría que estar listos para darnos cuenta de lo que nos pasa, pues nadie está exento. Espero hayas encontrado alivio a tu tormento. Ahora que lo pienso, las personas que buscan desesperadamente salvar a personas como tú necesitan mucho valor para poder soltar a esa persona que es como tu fuiste, Alejandra, pues también corren riesgo de morir de tristeza, ojalá puedan simplemente abrir la mano y soltar, por su bien.
En
fin, me alegra haber dejado de tener conflicto incluso de escribir tu nombre,
porque quizá, en el fondo, inconscientemente para mí, tu apellido no sea
Pizarnik.
“Poco
sé de la noche, pero la noche parece saber de mí, y más aún, me asiste como si
me quisiera, me cubre la conciencia con sus estrellas” A.P.
ESQM
30/08/2023
Comentarios
Publicar un comentario