Hay momentos, sentimientos, pensamientos que rebasan las explicaciones. Y no sé por qué Qué barbaridad. Esta vez no voy a hablar de amor. Tampoco quiero encontrar fondos, ni raíces, ni problemas centrales, ni filosofía, ni nada de lo de siempre. Es más, no estoy ni para Sabines en este momento. No, esta vez no. Estoy rebasada. Me duele la cabeza, los ojos, el cuerpo, el alma, la vida, la piel, las uñas, el cabello, ¡todo! Ya no quiero pensar ni tampoco “pelear” contra nada. Me rindo por ahora para que la indiferencia me abrace por un momento. Y me dé besos. Pero sólo por un momento… Quizá aprovecho todas las oportunidades para hacer melodrama sin avisar. Y qué importa, cada quién ejerce como quiere su derecho a dar lata. Últimamente con toda esta explosión de sentimientos, emociones y de absurdos, siento como si me hubiera cansado de todo. Estoy en el limbo, según el último reporte. Qué barbaridad… es lo que siempre digo cuando me quedo sin palabras.
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