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Lo que pasa es que el melancólico de hospicio no consiguió editor


Hay momentos, sentimientos, pensamientos que rebasan las explicaciones.
 Y no sé por qué


Qué barbaridad.

Esta vez no voy a hablar de amor. Tampoco quiero encontrar fondos, ni raíces, ni problemas centrales, ni filosofía, ni nada de lo de siempre. Es más, no estoy ni para Sabines en este momento. No, esta vez no. Estoy rebasada. Me duele la cabeza, los ojos, el cuerpo, el alma, la vida, la piel, las uñas, el cabello, ¡todo! Ya no quiero pensar ni tampoco “pelear” contra nada. Me rindo por ahora para que la indiferencia me abrace por un momento. Y me dé besos.

Pero sólo por un momento…

Quizá aprovecho todas las oportunidades para hacer melodrama sin avisar. Y qué importa, cada quién ejerce como quiere su derecho a dar lata.

Últimamente con toda esta explosión de sentimientos, emociones y de absurdos, siento como si me hubiera cansado de todo. Estoy en el limbo, según el último reporte.

Qué barbaridad… es lo que siempre digo cuando me quedo sin palabras.

Lo que pasa, es que los melancólicos de hospicio no conseguimos editor. Y dejamos mensajes por todos lados. Si tuviéramos humor grafiteábamos las paredes, imagino. Pero no hay humor.

Siempre de noche, buscando “sin querer” tratar de entender, pero todavía no llego a esos niveles de enajenación del problema para lograr el “entender”, porque aparentemente casi nunca entiendo nada…

Mmmm…

Me acabo de acordar que Dante Alighieri dijo que tenemos una idea más abstracta de la felicidad que del dolor. Pero bueno, a él le encantaba también hacer melodramas sin avisar. Y es que también es cierto que minimizamos situaciones, precisamente ¡porque nos encanta el drama! ¿será? Aunque quizá ni estemos sumergidos en él.

Además, bueno, qué importa…

Pondré una nota en mi refrigerador para no olvidar que un día debo reflexionar sobre la enajenación de los problemas, quizá si llego a una reflexión más o menos coherente y razonable, resuelva de una vez el tema del melodrama sin avisar, y es que ¡qué cosa! cuando hay momentos que rebasan las explicaciones.

Esa clase de razones arbitrarias…


E.S.Q.M.

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